Las Pruebas nos Perfeccionan

Ten confianza y no desistas en el proceso.

Las pruebas nos hacen fuertes.

Cada etapa de nuestras vidas en sin duda, una lección más para reflexionar y sacar lo mejor de nosotros.

Al pasar de los años, cuando uno está en una posición emocionalmente estable; empieza a darse cuenta que cada cosa que nos sucede es por una razón.

En un principio comprender estas situaciones nos puede generar confusión, pero es fundamental cuando has decidido cambiar y lograr sanar muchos aspectos en tu vida.

Estas son las etapas que yo llamo (ACTIVADORES AL CAMBIO). Por ejemplo, cuando llevas toda una vida cometiendo el mismo error, una y otra vez; y llegas a un punto de quiebre donde ya estás cansado de todo, es cuando tomamos conciencia de nuestros actos emprendemos el camino hacia una vida emocional, espiritual y física sana; porque es cuando aceptamos que hemos fallado, ya no cargamos con culpas, perdonamos, dejamos de ser orgullosos, ahora nos importa con los demás y ya no estamos pensando en que sólo quiero recibir.

Las pruebas, las circunstancias, todo lo que nos pasa tiene un propósito. Nos hacen personas más fuertes, nos ayudan a confiar en los procesos, nos perfeccionan y sobretodo a encomendarnos a Dios para no perder la fe.

Ver “Corintios 12:9”

y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo.

Cuando le entregamos a Dios todo lo que no nos deja avanzar, comienzan a suceder cosas extraordinarias. Pero una cosa importante es TENER FE. Esto es crucial para acercarnos más a una paz que sobrepasa todo entendimiento, porque soltamos las preocupaciones, dejamos atrás amistades, relaciones que no nos convienen, nos dedicamos a orar y dedicarle nuestro tiempo al Señor para que nos vaya perfeccionando en su perfecto amor.

Hay que recordar que todos somos seres únicos y tenemos la capacidad de tomar decisiones buenas o malas pero hay que aceptar las consecuencias de las mismas; cada uno debe ser responsable de sus actos como menciona el verso de 1 Corintios 10:23:

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

Cuando hemos fallado, es de sabios reconocerlo, pedir perdón, llorar si es necesario, y seguir adelante.

A continuación te muestro algunos de los procesos para ganar más confianza y no decaer en el transcurso de nuestro crecimiento espiritual:

La prueba nos genera inquietud porque son los desafíos que nos enfrentamos a diario y si no estamos bien parados en nuestra fe podemos recaer en que no entendemos por qué nos suceden las cosas. En este punto debemos buscar de Dios, entregarle esa carga o situación y descansar en Él.

Al final del camino todas estas pruebas van fortaleciendo nuestra fe para que lo que esté sucediendo a nuestro alrededor no nos desvíe del propósito que Dios quiere hacer en nosotros. Y por último la fe genera esa confianza de que Dios tiene el control de todo y solo queda esperar en Él ya que el más que nadie nos conoce y sabe que es lo mejor para cada uno.

No desistas! Ten fe!